Últimos deberes

Llevo varias semanas desconectada… han pasado muchas cosas que me costaba contrarrestar, aunque siempre hay momentos mágicos, un atardecer imposible, el olor a barbacoa y el placer contradictorio de no poder saborearla… El Apañero estrenando paternidad me dio un empujón de energía muy positiva, y resolver temas pendientes que vacían la mochila de piedras. Todo esto y más cosas había escrito en la semana 70 para contaros mis alegrías de la vida, esas sencillas que nos sacan siempre la sonrisa de forma ligera…

Ayer volvía a ser lunes, y volvía a ser día de tradición marciana, de deberes.

Sin embargo… tras unos días de preocupación, de angustia, de pensar que no será nada, que todo va a salir bien… ayer tuve que despedirme de Pelusita. Mi compañera, mi leal amiga, mi locura, mi sonrisa, mi alma. Y aún así, me regaló el momento que guardaré para siempre como mis últimos deberes. Cuando nos despedíamos, me lamió y fue mágico. No sé si era agradecimiento, consuelo, compartir ese momento horrible de despedida eterna para las dos… No sé qué significó para ella, pero para mí fue todo.

Hoy, día «del amor», cumpliría 10 años, … pero se fue ayer. Dejando un vacío que muchos no podrán entender aunque vivan 100 años. Dejando también miles de risas, sonrisas, enfados imposibles de mantener con su cara de chiste, gamberradas, peleas en las que siempre perdía yo, miles y miles de recuerdos, haciendo la croqueta en la nieve, en la playa, en hojas secas o en barro ponzoñoso. Cada rincón de mi casa, de mi mundo, de mi vida, de mi alma… le pertenecían. Todo giraba en torno a ella, o a su lado. Ahora forma parte de mí, y como leí una vez, una parte de mi alma es de perro, y eso me consuela. Igual que me consuela saber que ha sido la perrita más feliz, más buena, más divertida, más querida… por todo el que la conoció.

Todo el mundo debería conocer a alguien como Pelusa en su vida. Soy afortunada de haber vivido cada día de los últimos años a su lado. He intentado elegir una foto… pero soy incapaz. Todas y cada una representan lo que Pelusa fue. Amor verdadero, felicidad en estado puro. Energía que contagiaba a cualquiera que se acercase siquiera un poco.

Ahora toca asumir, y seguir adelante con un nuevo agujerito en el alma, que esta vez tendrá huellitas llenas de barro para siempre.

12 comentarios en “Últimos deberes

  1. Siento mucho mi de Pelusa. Le había cogido cariño allí de leer sobre ella aquí. Espero que poco a poco mejore tu ánimo. Has de saber que ella fue la perrita más feliz por el hecho de tenerte a su lado. Eres un sol con los que no conoces, así que imagino que con los que quieres lo multiplicas de forma exponencial. Besicos de recuerdo eterno

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