Esto se acaba.

Lo siento. No puedo más. He tratado de aportar felicidad, o al menos ser alegre cada día, he intentado aprender cosas nuevas y enfrentar los retos con una sonrisa. He caído más de cien veces, y me he levantado más de trescientas. He amado, he añorado, he exprimido cada día al máximo. He compartido muchos momentos, risas y sonrisas, he cometido errores y he llorado mil lágrimas. He suspirado y me he quedado sin respiración. Me ha dolido y me he curado. Me he arrepentido también, de algunas cosas, y me he sentido orgullosa de otras tantas. He hecho, básicamente, lo que me ha dado la gana, como me aconsejaba mi padre. He cumplido deseos y he asumido responsabilidades.
Pero lo siento, ya no puedo más. No puedo sacar más jugo al 2015. Así que…
¡Traedme otro año, que este se me está acabando un poco!
Os deseo un feliz, sonriente, marciano y pleno 2016, con mil y un deseos cumplidos.
Besicos marcianos.