Acabo de cruzarme con un niño, no mayor de cinco años, que llegaba al cole con su padre un par de metros por detrás. Ha parado para esperarle, se ha desperezado muy sonriente y cuando tenía los brazos en alto ha reclamado “¡Vieeerneees!”. Me ha encantado su espontaneidad y la alegría que sin intención transmitia…pero también me ha dejado algo triste. ¿Qué mundo, qué sociedad… tenemos montada para que un niño tan pequeño sea consciente de que cuando mejor se vive es el fin de semana?
Como niños no deberían ser igual de felices? Ay, no sé. Será la fiebre.
Quizá porque entre semana tienen demasiada presión en el colegio. Es cierto que son niños, pero no son tratados como tales. Los pequeños de ocho años, terminan la jornada escolar con extraescolares y en casa siguen haciendo deberes. Es como si nosotros terminamos de trabajar y en casa seguimos currando. Normal que el niño desee el viernes como yo el gordo de Navidad. Besicos festivos
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Por cierto, ¿tienes fiebre?
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