Deberes de lunes. Semana 27.

Vaya, tengo una sensación algo rara, echo la vista atrás y ha pasado medio año desde que busco momentos felices cada lunes… y ahora mismo eso me ha hecho sentir feliz, pensé que me cansaría, que alguna semana me olvidaría o me parecería tan absurdo que desaparecería sin avisar. Pero aquí estoy, tras una semana en que he leído, paseado y vivido de una forma muy ligera. Podría decir que ha sido una buena semana.

• He tocado un piano de verdad. Hacía muchísimo tiempo que no tocaba, ni de verdad ni de juguete, y pensé que no sería capaz de sacarle nada.
• He tenido tiempo para descubrir el despertar de la primavera, ver cómo salen hojas, algunas flores que nunca había visto, los pájaros en la balsa por donde paseo con Pelusa, el olor a hierba recién cortada, poder pasear sin encoger el cuello para parar el viento.
• Esta semana ha vuelto mi «Apañero». Mi compañero de curro desde hace diez años es un tipo muy especial y suele desaparecer para viajar. Su sustituta ha sido una gran ayuda, ha trabajado como la que más, se ha adaptado a la primera y me ha aportado muchísimas cosas. Así que la sensación es rara, por una parte la echaré de menos, pero por otro lado el Apañero es mi media naranja profesional.

¡Feliz semana marcianos!