Hoy me he reído muy a gusto… Es maravilloso trabajar con niños, si estás atento puedes aprender muchísimo, puedes aportarles cosicas a veces,… y puedes también reírte muchísimo casi a diario.
Es fantástico ver cómo evolucionan, cómo cada grupo funciona de forma tan diferente a otros, cómo un mismo chaval cambia… Hay conversaciones «tradicionales», que se repiten año tras año y hay que asumir como el primer catarro de otoño, que nunca falta: «¿los Reyes existen?», «¿Dios existe?», «¿cómo puede una mujer ser madre si no está casada?», «¿cómo puedes tener un hermano que no se apellida igual?», «¿sabes hacer el pino?» y un sinfín más que a quienes tenéis hijos seguro se os están ocurriendo ahora mismo.
En mi caso, después de unas semanas cuando cogen confianza, empieza la fase «entrevista al adulto», ¿tienes hijos?¿tienes novio?¿estás casada?¿por qué no tienes hijos / estás casada/ no tienes novio?¿dónde vives?¿cuántos años tienes?¿barça o Madrid?¿tienes hermanos?¿color favorito? . . . y así hasta el infinito y más allá.
Hoy hemos empezado de nuevo con el juego «adivina la edad», y aunque es una tontería, es divertido ver quién te pone muchos para «picarte», quién pocos para hacer la pelota, quién realmente se esfuerza en acertar porque es competitivo… ay, yo que le doy vueltas y observo demasiado, ¡debe de ser eso! Total, que la gran frase de Malena de hoy ha sido:
«¡Halaaaa, pues eres muy joven para tener tantos años!».
Conclusión, la edad es sólo un número. Y para los niños, que son sabios, lo importante son otras cosas. Me lo apunto para cuando vaya cumpliendo y empiecen a pesar.
Me ha recordado al Principito…
«A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?’ Pero en cambio preguntan: ‘¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?’ Solamente con estos detalles creen conocerle.»
Pero nosotros, que comprendemos la vida,
nos burlamos de los números.
Buenas noches,Sil. Muy buena la reflexión que haces en esta entrada,y las anécdotas 😊
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Anécdotas hay miles para cualquiera que tenga niños cerca, la verdad es que son vida, emociones, sensaciones… todo en estado puro!
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Genial Malena. Una cuñada mía directora en un colegio me contó otra en su día que no tiene desperdicio. Le estaba dando la murga un niño en la hora de la comida y le dice «anda, vete para allá y ponte al final de la cola» y llega el niño con cara de circunstancias y le dice, «seño, el final de la cola ya está ocupado», son únicos…
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¡Jajajaja, buenísimo razonamiento! Son geniales… ¡Feliz viernes!
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Que bonito, muy acertada la entrada. Creo que yo aprendí más de los niños que de los adultos.Un beso. Tengo también tantas historias divertidas , me has dado una idea para escribir.
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De verdad que sí, se aprende muchísimo de ellos. Podríamos hacer mil entradas y además seguro que nos reímos un buen rato!
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Al final, los números son sólo valores, lo que importa es lo que llevamos por dentro y lo que mostramos por fuera, que en tu caso es un conjunto bastante bueno porque según dicen los niños (que nunca mienten) te conservas bastante bien!! Aunque lo importante ya sabes que es sentirse joven por dentro, jejeje. Besines jóvenes!
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Jajaja, yo me siento más que joven, muchas veces adolescente y otras muy niña, pero no me importa, de hecho me parece bastante sano mantener viva esa parte. En cualquier caso, los niños son benévolos conmigo porque me quieren, jejeje. ¡Besicos infantiles!
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Eso no tiene mérito Sil. Si algo es fácil de hacer contigo, es quererte
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Ays, muchas gracias solete, aunque tengo mi lado oscuro… que no te pienso contar, jajajaja.
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Ja ja ja ja ja. Me quedaré con la intriga?
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Poco a poco… en algún momento no podré fingir más y empezaré a sacar también el lado oscuro… no todo va a ser sol! jejeje.
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Cómo me gusta el Principito. Y como me ha gustado tu entrada.
Yo suelo decir que no hay edades sino actitudes mentales. Los niños lo han definido mucho mejor.
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El Principito es todo lecciones de vida, tal como lo veo. Lo mismo que los niños. ¡Feliz viernes Ana!
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Feliz!! Muy feliz para ti
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Qué ocurrencias tienen los niños. La frase de Malena ha sido genial, digna de la famosa sección «Frases célebres de niños» del hormiguero. Me has recordado una anécdota. Hace unos años estaba cuidando a un vecino de unos 3 años. Tanto él como yo tenemos el pelo rizado, por eso un día me preguntó: «Ana, ¿por qué nosotros tenemos el pelo arrugado?»
¡Un beso!
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Jajaja, ¡el pelo arrugado me parece genial! Ves, siempre nos hacen sonreír y al mismo tiempo dicen verdades simples e irrebatibles… ¡Un abrazo y feliz viernes!
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Me ha gustado mucho tu post. Es cierto aquello de que tratamos de cuantificar todo cuando lo que realmente importa es incuantificable. Enhorabuena.
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Creo que en general la gente pone cifras y datos para tener sensación de controlar, cuando la vida no se debería controlar sino disfrutar. Gracias por tu comentario Ángel.
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Exacto, ya lo dijo Laplace, el genio mecanicista: «si conociera las ecuaciones que describen el movimiento de todos los cuerpos del universo conocería el futuro». No es una cita textual sino una forma de describir su idea. Lo que pasa es por ejemplo los sentimientos son incuantificables, y ahí se queda coja la idea.
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Seguramente alguien dirá que son cuantificables, sólo hay que encontrar una unidad de medida válida, pero ¿realmente queremos conocer el futuro? Esto abre nuevos temas y nuevos debates…
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Incluso siendo cuantificables, siguen existiendo fenómenos que no se pueden ajustar a funciones matemáticas. Para muchos, el azar no es más que un mecanismo que no podemos conocer. Estoy seguro de que ese secretísimo que se trae el azar entre manos es el que aporta a nuestras vidas esa chispa que la hace tan interesante.
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