El otro día paseando a Pelusa, estaba relajada, tenía la mañana libre, pude observar el avance del otoño, todo era silencio humano, roto únicamente por el sonido de los pájaros y de las hojas al caer. Y no lo escribo como figura literaria, no. Era tal cual os lo describo. Y siguiendo mis aficiones, o más bien mis adicciones, hice fotos al mundo, que siempre tiene algo que ofrecer.
Hice esta foto y enseguida me vinieron a la mente varias reflexiones. Todas aderezadas (¿qué me pasa con esa palabra últimamente?) con la tranquilidad que me transmitía el silencio. Pensé en qué bien viven los bichos observando pasar el tiempo, y en lo poco que en realidad hace falta para vivir. Pensé en si el de la derecha estaba solo por decisión propia o por marginado. Si tal vez sería el hermano mayor de alguno y le habían encomendado vigilar a los otros. Deseché estos últimos porque recordé a los buitres del Libro de la Selva de Disney y me di cuenta de que los estaba humanizando. Qué putada, pobres pájaros.
El caso es que ahí estaban ellos, viendo llegar el otoño tan tranquilos, y así me sentí yo.
Pero ayer alguien me dijo que vaya foto tan terrorífica, que parecían a punto de atacar. Y pensé, ya está, Halloween ya está aquí.
El caso es que la vida es tan relativa que es tarea de cada uno aplicarle los filtros adecuados. Esto he hecho hoy con mi foto de paz, en honor a Halloween.
Después, no me parecía justo que mi imagen se quedase así, y he seguido jugando. Y ha aparecido ante mí la tapa de una libreta moderna de tienda nórdica.
Pero después, escribiendo esta entrada-marcianada mía, estoy dándole vueltas a la idea de los filtros mentales, de cómo influye nuestra forma de ver la vida en la vida misma, y creo que a partir de ahora voy a soñar con filtros, que me parece divertido y así siempre sabré que son cosas de mi mente y no necesariamente reales.
Todo es relativo. Deberes para mi vida: Detectar los filtros que me hacen ver lo negativo, y convertirlos en catálogos de Ikea.
Realmente influye la forma de ver las cosas para que transmita uno u otro sentimiento… La misma foto puede transmitir muchas cosas distintas… Besitos
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Para que sigan diciendo que una imagen vale más que mil palabras. Aunque también ocurre eso con las palabras, y con las situaciones de la vida. Raritos somos los humanos! Besicos sin filtro!
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La perspectiva es lo que permite que podamos vivir sin el ahogo de una verdad absoluta. Me ha encantado tu reflexión.
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Gracias! Y tienes razón, las verdades absolutas me dan bastante miedo…
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Hace un tiempo que me dedico también a retocar mis fotos. Es una forma, como tú bien dices, de ver la vida desde otros ángulos.
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Así es Xabier, la misma imagen puede transmitir cosas muy diferentes.
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Me ha gustado mucho esta marcianada. 🙂 y cuánta razón tienes. A veces lo más sano es aplicar un buen filtro a la vida.
Sin venir mucho a cuento… He visto las fotos de Pelusa y es tan adorable… Me encanta! 🙂
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Gracias Hanna, Pelusa siempre viene a cuento jajaja. En persona aún es mejor que en foto! Ella lleva de serie el filtro positivo. Un abrazo!
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